domingo, 25 de diciembre de 2011

Seis sombreros para pensar

Tema 3. La inteligencia creativa y la aplicabilidad

3- Seis sombreros para pensar

El método de los seis sombreros es utilizado para llevar a cabo una forma de pensar determinada que pueda dirigirnos a una conclusión acertada, ya sea en una discusión, una decisión…etc. Esto se hace a través de lo que Edward De Bono llama mapas. Esto consiste en trazar tres posibles caminos a seguir, primero pensando en las cosas positivas, después en las negativas, y finalmente en las interesantes (aquellas que no tienen cabida en ninguna de las dos primeras). Una vez hecho esto contemplamos el mapa trazado y tomamos una decisión.

Este método consiste en la utilización de seis sombreros de seis colores distintos: blanco, rojo, negro, amarillo, verde, y azul. Cada uno de estos sombreros de colores conlleva una forma distinta de pensar, algo que nos ayudará a mirar desde diferentes puntos de vista una misma situación.

El blanco indica neutralidad. La persona que lleve puesta el sombrero blanco debe comportarse de forma objetiva, dando hechos verídicos y probados a la argumentación tal y como haría un ordenador (entendemos que sin sentimientos). Por lo tanto la persona que lleva el sombrero blanco debe ser neutral a la hora de presentar la información.

El sombrero rojo hace referencia a las emociones, a los sentimientos  y aspectos no racionales del pensar. Este sombrero te permite el hecho de no tener que justificar aquello que expresas, que va desde las emociones comunes como el miedo y disgusto, e incluso la sospecha, hasta los juicios complejos como las intuiciones o sensaciones.

El sombrero negro tiene competencia de hacer juicios negativos, señalando aquello que está mal o es incorrecto indicando los riesgos que la situación conlleva. Sin embargo éste no vale como argumentación, tan solo como una información objetiva, pero siempre negativa. Esto implica hacer preguntas negativas, o indicar que es lo que puede fallar en el futuro.

El sombrero amarillo se ocupa de la evaluación positiva, aunque no se encarga de mostrar su euforia (como debe hacer el rojo). Este pensamiento positivo va desde lo lógico hasta los sueños y esperanzas, y pretende manifestar un optimismo bien fundado. El sombrero amarillo también permite ser constructivo y generar posibles ideas y sugerencia para remodelar el mapa, e intenta que las cosas ocurran.

El sombreo verde es para el pensamiento creativo, que se dedica a buscar alternativas a diferentes puntos del mapa. Ésta es una parada obligada, y convendría que tanto el que habla como el que escucha tuviesen puesto el sombrero verde. Es necesario ir más allá de lo obvio y normal, y sobrepasar los límites de lo conocido.

El sombrero azul es el sombrero del control, dirige los temas hacia los que debe ir el pensamiento, y es quien propone la utilización de cada uno de los sombreros en determinados momentos. Define los problemas y elabora las preguntas, y es el responsable de la síntesis, la visión global y las conclusiones. A pesar de todo, aun cuando se asigne a una persona el rol del sombrero azul, éste está abierto a todos los participantes que quieran proponer sugerencias propias de este pensamiento.

A continuación os ilustro el ejercicio practicado en clase con algunas fotos:



Fuentes: BONO DE E.(2002) Seis sombreros para pensar. Garnica. Barcelona

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